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Cuando hay alguna patología o lesión, sobre todo en los miembros inferiores, casi siempre recomendamos a los pacientes ejercicios de propiocepción.
Pero, ¿qué es y para qué sirve? En el siguiente artículo vamos a explicar todo lo que los pacientes deben saber sobre la propiocepción y qué beneficios tiene trabajarla. Por ejemplo, ¿por qué es tan importante en los esguinces?
Como su propio nombre indica es la capacidad de sentir las propias partes del cuerpo. Gracias a ella tenemos consciencia corporal y podemos saber en cada momento cuál es la posición exacta de cada segmento corporal.
Cualquier persona sin necesidad de mirarse las manos sabrá si están cerradas o abiertas. La información que proporciona la propiocepción a nuestro cerebro es necesaria para poder regular los movimientos que hace nuestro cuerpo en relación con el medio que nos rodea.
Normalmente conocemos los 5 sentidos, que son los que nos relacionan con el exterior (sentidos de exterocepción). Pero además, tenemos el sentido de interocepción o propiocepción que nos hace conscientes de la sensaciones internas de nuestro cuerpo.
Además de planificar los movimientos que hacemos, la propiocepción nos ayuda en el equilibrio, la coordinación e incluso en el desarrollo emocional.
Toda la información propioceptiva nos llega al cerebro gracias a diferentes estructuras o receptores. Básicamente, los datos que mandan son la cantidad de contracción y de estiramiento muscular.
Los principales receptores son:
Ante cualquier lesión muscular o articular los receptores que hemos nombrado antes pueden verse afectados.
Simplificando a nivel fisiológico, lo que les sucede es que se quedan un poco dormidos o enlentecidos, es decir, no mandan la información correcta al sistema nervioso central.
Lo que tenemos que hacer es estimularlos de manera progresiva para que vuelvan a su estado anterior.
Sin la información propioceptiva no podríamos movernos de manera correcta. Nuestros movimientos no se podrían adecuar al entorno que nos rodea. A nivel de lesiones musculoesqueléticas una mala propiocepción va a hacer que dichas lesiones tengan más posibilidad de repetición.
Pongamos el ejemplo de la lesión típica de un esguince de ligamento lateral del tobillo. Cuando ha pasado la fase aguda y el paciente puede caminar correctamente, si no se ha hecho un trabajo propioceptivo habrá muchas más posibilidades de que se ese tobillo se vuelva a torcer.
La explicación es muy sencilla; ante cualquier pequeño tropiezo, irregularidad del terreno o cualquier estímulo que desequilibre a la persona necesitamos que los propioceptores envíen la información al cerebro para que regule el tono muscular de todos músculos del pie y evitar así una nueva torcedura.
Es común encontrar a personas que acuden a consulta con un diagnóstico de esguince crónico de repetición y con sensación de que el tobillo no les sujeta. Al preguntarles por su historial descubrimos que nunca han trabajado la propiocepción. Esto mismo se puede extrapolar a muchas otras lesiones.
¿Qué ejercicios tenemos para la propiocepción en fisioterapia? Ejercicios de propiocepción
En fisioterapia contamos con multitud de ejercicios simples pero muy eficaces que nos ayudan a mejorar la respuesta propioceptiva tras una lesión.
Fundamentalmente se trata de ejercicios de equilibrio, coordinación y cambio de superficies para la articulación o músculos que se han visto afectados.
Es importante ir de manera progresiva, es decir, empezar por los ejercicios más sencillos e ir complicándolos poco a poco. Lo mismo pasa con el cambio de superficies. Al principio se pueden hacer ejercicios sobre un pie a pata coja y después ir metiendo elementos como el bosu, el t-bow simplemente pelotas o cojines que aumenten la dificultad del ejercicio.
En consulta nos adaptaremos al tipo de lesión que presenta cada paciente y a su estado físico. Obviamente la recuperación de la propiocepción no va a ser igual para un deportista que para una persona de edad avanzada. Los ejercicios de propiocepción deben comenzarse tan pronto como el paciemte pueda, en cuanto sea viable y seguro introducirlos en el tratamiemto, y no dejarlos para el final de éste.
A nivel deportivo y de competición se recomienda hacer un trabajo de propiocepción de manera regular. Con ello se consigue prevenir las lesiones articulares.
A muchos pacientes les decimos que estos ejercicios los podrán hacer siempre que quieran, a modo preventivo al igual que pasa con los estiramientos.
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Propiocepción. El secreto para evitar recaídas de lesiones