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En casos de lesión articular, el sistema propioceptor, que es el que nos permite saber en qué posición se encuentra la articulación, se ve dañado o abolido. Cuando esto sucede, el cuerpo no es capaz de realizar un ajuste fino en los movimientos y aparecen las lesiones.
Mediante el trabajo de la propiocepción con la fisioterapia se acelera la recuperación de las lesiones y se evitan futuras recaídas, como suele pasar en el esguince de tobillo o en las hernias discales.
Imagen propia.
La propiocepción es la capacidad que tenemos a través de nuestro sistema musculoesquelético de saber en qué posición nos encontramos, sin necesidad de utilizar la vista.
De manera autónoma somos capaces de adaptarnos a las irregularidades del terreno y desajustes del medio que nos rodea. Conseguimos así mantener la estabilidad articular bajo condiciones dinámicas.
Esto es posible a través de diversos receptores propioceptivos, repartidos por todo el organismo.
Por todo nuestro cuerpo tenemos repartidos estos receptores. Son como unos «sensores» que están continuamente dando información a nuestro cerebro.
A través de esta información, el cerebro se sitúa en el espacio y va a poder ejecutar diferentes movimientos y acciones determinadas.
Los receptores que intervienen en la propiocepción son:
Estos receptores, una vez que captan la información, la envían al sistema nervioso central para que de forma automática se desencadene una respuesta hacia el aparato locomotor para ser emitida por este sistema.
Para trabajar la propiocepción hay varias fases de progresión en su recuperación.
En un primer momento, el trabajo puede ser dinámico y activo por el paciente. Pero siempre dirigido, asistido y controlado por un fisioterapeuta profesional. Se comienza ejerciendo presiones para guiar, resistir y asistir los gestos articulares.
Es muy importante la colaboración del paciente. Por ello, explicamos de forma exhaustiva y detallada al paciente la secuencia de ejercicios. Los cuales irán siendo más técnicos conforme se vaya recuperando el sistema propioceptor.
Estos gestos se tienen que realizar diariamente. Por eso, se adaptan para que el paciente los pueda realizar en casa.
Se diseña una progresión, que depende de la lesión y los requerimientos del paciente. En ésta, se pasa desde el decúbito supino con la movilidad sólo de la articulación a recuperar y siendo asistido por el fisioterapeuta, a un plano estable en bipedestación y con el captor postural de la vista. De ahí pueden introducirse otros parámetros como cambios de ritmo, planos inestables con ojos cerrados, e incluso planos inestables móviles.
Ejercicios de fisioterapia para recaídas de esguinces. PROPIOCEPCIÓN ... El secreto para prevenir lesiones y evitar recaídas.