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Las agujetas, ese dolor muscular de aparición retardada que sigue ala práctica deportiva o al ejercicio físico intenso, han sido objeto de múltiples teorías y mitos a lo largo del tiempo. Su aparición, caracterizada por un intenso malestar y una dismuinición de la elasticidad y la fuerza muscular, ha suscitado preguntas acerca de su origen, preveción y tratamiento. ¿Por qué se poducen?¿Tomar azúcar tras el ejercicio realmente funciona?¿Estirar? Con este artículo vamos a contestar objetivamente a estas y otras preguntas.
Habitualmente, las agujetas aparecen cuando practicamos algún tipo de ejercicio intenso tras un periodo prolongado sin actividad física, también aparecen cuando realizamos un esfuerzo muscular difertente al que estamos acostumbrados, ya sea por la duración, intensidad y una actividad diferente. Incluso los deportistas de competición pueden sufrir agujetas cuando realizan otra práctica deportiva o en otras condiciones diferentes. Los síntomas tienden a aparecer a lo largo del día siguiente, generalmente al levantarnos. Las sensaciones más comunes son:
Aunque parezca mentira, todavía no se ha encontrado una causa definitiva y científicamente probada para las agujetas. Aunque gracias a los estudios se van teniendo cada vez más claro cuales pueden ser las causas objetivas de ese dolor muscular.
Las distintas hipótesis que se han estudiado son las siguientes:
Esta es la teoría más aceptada actualmente por la comunidad científica. Ante esfuerzos intensos o bien prolongados en un músculo poco entrenado, habría una serie de fibras musculares atrofiadas o menos resistentes que se romperían produciendo pequeñas microroturas musculares. Al romperse estas células, vierten al iones de calcio y potasio que resultan irritantes para el cuerpo y se desarrollan la llamada respuesta inflamatoria del sistema inmunológico que a su vez acaba produciendo el característico dolor.
Esta teoría, que se ha mantenida vigente durante muchos años. Se suponía que ante los mencionados sobreesfuerzos musculares, la células producen un ácido llamado láctico que puede llegar a producir microcristales entre las células musculares generando la sensación de pinchazos como si nos clavaran pequeñas agujeas. Ante está hipótesis, la ingesta de azúcar o bicarbonato supuestamente evitarían la producción de ácido láctico y evitarían las agujetas . Sin embargo, esta teoría está ahora completamente descartada por hechos objetivos que vamos a explicar a continuación. En labotorio haciendo biopsias musculares nunca se ha llegado a observar microscópicamente dichos cristales. Además se ha demostrado que las personas con la enfermedad de McArdle, incapaces de producir ácido láctico de manera propia, también sufren de agujetas al igual que el resto de las personas que nos sufren la enfermedad.
Aunque es imposible prevenir estas molestias al 100% , es cierto que tomando ciertas precauciones podemos reducir el dolor e incluso evitarlo .
Una vez descartada la teoría del ácido láctico se demuestra no sólo que el bicarbonato y el agua con azúcar no sirven para nada, sino que por otra parte pueden provocar problemas de basicidad o acidez gástrica. Por lo que esta opción no se recomienda en ningún caso.
Lo más efectivo ha demostrado ser:
Agujetas, Cuales son las verdades, mitos y como evitarlas
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